El océano está en constante movimiento, el cual es generado por corrientes que agitan las masas de agua, siendo la «circulación termohalina» un regulador muy importante de la circulación marina. Ésta circulación consiste en un proceso donde, en el Atlántico, aguas superficiales sufren de evaporación (por efecto de vientos) y solidificación (por formación de hielos), reduciendo su temperatura y aumentando su concentración de sales, lo que las hace más densas y las lleva a hundirse por efecto de la gravedad, sustituyéndose por masas de aguas cercanas, siendo éste el motor de la circulación del océano.

 Estas aguas frías, ricas en oxígeno y nutrientes debido a la descomposición de materia orgánica que se hunde, salen a flote a la superficie nuevamente en zonas específicas, por un proceso que es regulado por la suma de varios factores. A este evento se le llama surgencia costera, el cual es muy importante para los humanos, pues produce zonas de alta producción pesquera debido a que trae más nutrientes a la superficie, haciendo posible que más fitoplancton, el cual es el primer eslabón de la cadena trófica marina, pueda realizar mayor fotosíntesis, aumentando así la abundancia de los organismos más grandes, que están más arriba en la trama trófica.

 En el mundo podemos encontrar tres zonas de alta surgencia, las cuales se encuentran en California, África del Sur y Chile – Perú, lo que nos permite ser un país pesquero a nivel mundial. Por todo lo anterior es tan importante cuidar esta abundancia de recursos, pues el hecho de que poseamos zonas más productivas nos hace más responsable de manejarlas de una mejor manera a modo de evitar la desaparición de especies y recursos productivos como el Jurel, la Sardina y otros tantos que hoy se encuentran en condición de especies vulnerables debido al mal manejo de estos recursos.

María Paz Gutierrez

Biología Marina PUC