Macrofotografía Submarina (Francis Pérez)

Francis-Nudibranquio

Como decía en mi anterior artículo, el submarinista en sus inicios percibe paisaje y peces y a medida que va conociendo el medio y adquiriendo experiencia, se va interesando más por la biología marina y las especies que habitan el océano. Es entonces cuando suele surgir la necesidad de mostrar la belleza que percibe a través de la fotografía.

Después de adquirir nuestro flamante equipo de fotografía más o menos costoso, nos vamos al agua y presos de la pasión por el océano, fotografiamos todo lo que se mueve y lo que no se mueve. Pero es cuando llegamos a casa cuando nos damos cuenta de que esto no es tan fácil como parece.

Hay que empezar por algo, pues bien, por lo que primero se empieza es por fotografiar lo más fácil, lo que se mueve poco, donde la luz natural no es tan importante, es decir, el macro.

El agua, un medio diferente

Ya lo veremos más adelante con la fotografía angular, pero todo submarinista sabe que está en un medio donde la luz se comporta de manera diferente que en el aire, donde las cosas se ven de diferente tamaño, nitidez y color. Pues bien, estas propiedades de la luz en el medio marino nos llevan a la necesidad de utilizar fuentes de luz artificial y otras técnicas para captar los colores reales de cada escena. En macrofotografía tenemos dos maneras: con luz continua (linternas) y con flashes. Lo más usual es el uso del flash. Es por ello que hablaremos bastante de ellos en este artículo.

El flash

En macrofotografía, tanto si utilizamos una cámara compacta como una réflex es necesario el uso del flash. En el caso de las compactas, el flash viene incorporado en la parte frontal del cuerpo de la cámara y bien, hay que adaptarse a las circunstancias, y saber que es la forma de iluminación más básica y la que menos satisfacciones da, ya que al estar de frente al plano iluminará toda partícula en suspensión que haya entre el sujeto y la cámara, con lo cual, si no lo utilizamos de forma adecuada, por ejemplo, alejándonos un poco, obtendremos lo más parecido a una tormenta de arena en el desierto. Por lo tanto, dado que la iluminación de algo pequeño y cercano va a estar basada sobre todo en el flash, la mejor opción es la utilización de un flash o dos externos con un sistema de brazos de sujeción.

En el mercado hay muchos tipos de flashes y de diferentes precios, pero como recomendaba en mi anterior artículo, si esto de la fotografía realmente nos gusta y estamos pensando en el siguiente equipo, es mejor comprar un flash bueno, ya que este nos servirá en el futuro para muchos equipos de fotografía.

Los flashes suelen tener una temperatura de color más cálida que la luz del día, entre 4.500k y 5.500k y normalmente vienen equipados con una luz de guía y varios números de potencias que deberemos ir ajustando en función de nuestras necesidades.

En macrofotografía prácticamente el flash ilumina toda la escena, al contrario que en angular donde en muchas ocasiones se utiliza luz mixta (artificial y natural).

Hay que tener en cuenta que bajo el agua no se utiliza el flash más allá de dos metros de distancia, es decir, es inútil intentar iluminar un sujeto que esté más allá de esta distancia por que nuestro flash no llegará y si llega es tanta la luz que necesitamos, que iluminaremos todas las partículas que haya por el camino.

Yo siempre disparo mis flashes en manual, es decir, elijo la potencia que quiero en función de los diafragmas utilizados, de tal manera que a diafragmas más cerrados más potencia del flash y a diafragmas más abiertos menos potencia o flash más alejado del sujeto a fotografiar.

En referencia a los valores de exposición en este tipo de fotografías, yo suelo utilizar una velocidad, o mejor dicho, un tiempo de obturación, de entre 1/80, 1/100 y 1/125, ISO 100-200 y los diafragmas adecuados según el efecto que quiera conseguir.

Por ejemplo, diafragmas más abiertos, con potencias de flash bajas nos permiten resaltar el primer plano y obtener menos profundidad de campo. Esto es adecuado por ejemplo cuando tenemos un sujeto bello, como puede ser un nudibranquio, sobre un fondo no tan bello.

Un tema importante es la posición de los flashes, como decíamos al principio, en compactas sin flash externo, no tenemos muchas posibilidades de iluminación, pero si disponemos de dos flashes, la gran mayoría de las fotos se pueden hacer con los flashes en los laterales del objetivo, en 45 grados al plano, es decir, orientado de forma oblicua al sujeto, esta es la mejor manera de no iluminar las partículas que se encuentran delante del plano. Si disponemos de un solo flash la opción más equilibrada de luz y que menos sombras genera es la posición cenital .

Como decía antes, normalmente los flashes vienen dotados de una luz de guía, la cual es importante ya que nos ayuda al enfoque. Si no la trajese, una buena opción es adaptar en uno de los brazos o en la parte central de la carcasa una pequeña linterna.

 En cuanto a los brazos, para macro, recomiendo brazos cortos y articulados, cortos porque esto nos permite mejor acceso a pequeños huecos y grietas y articulados por las  posibilidades de orientación que supone.

Lentes y otros utensilios

En cámaras réflex se suelen utilizar lentes de 100 mm para arriba o menores pero con teleconvertidores, por ejemplo, un 60mm con un 1×4. Para compactas no réflex, normalmente el zoom digital nos hace la labor de una lente macro o se utilizan lentes de aproximación.

En macrofotografía hay una amplia gama de productos de apoyo, desde lupas de hasta 15 aumentos, snoots para reducir el diámetro de la luz del flash, hasta punteros láser para enfoque. Con todo esto se podría escribir un libro aparte.

La macrofotografía y el medio marino

La fotografía macro es la que más daño hace al medio marino, para realizar este tipo de fotos en muchas ocasiones los fotógrafos debemos estar posados sobre el fondo, es por ello importante que siempre que veamos un motivo a fotografiar estudiar el entorno, ver donde ponemos nuestras piernas con nuestras largas aletas, donde ponemos nuestras rodillas, nuestras manos o incluso nuestra botella si estamos en cuevas estrechas. Esto nos ayudará a cuidar el medio marino y a no “contaminar” el entorno del sujeto a fotografiar. Una mano mal puesta sobre la arena o un aletazo pueden levantar una nube de partículas que nos impedirían hacer una foto limpia. Es por ello que no nos debemos dejar llevar por el entusiasmo fotográfico y acercarnos con tranquilidad y respeto si no queremos destrozar el medio marino y perder una bonita foto.

Francis Pérez

Fotógrafo Submarino

www.francisperez.es